La llegada del verano trae consigo un aumento de las ganas de realizar desplazamientos y excursiones en coche a lugares donde el mal tiempo no nos invita a ir. Pero el sol tiene unos compañeros de viaje llamados rayos de sol, que pueden dañar de forma importante tanto las partes internas como las externas de nuestro vehículo. Por eso, es de vital importancia intentar tomar precauciones para evitar que aparezcan problemas o averías.

Como es lógico, las partes exteriores del vehículo serán las más sensibles a sufrir daños por la exposición al sol. La pintura, las gomas, las llantas, etc., se pueden llegar a resentir con tan solo unos pocos días de calor. La pintura, especialmente, es la que más puede verse perjudicada, perdiendo color y brillo, especialmente los tonos negros, blancos y rojos. Las gomas de las ruedas y los limpiaparabrisas son elementos a tener muy en cuenta, ya que pueden llegar a bajar su rendimiento, resecándose y pudiendo suponer un riesgo para la seguridad vial.

En cuanto al interior del vehículo, el salpicadero y la bandeja de atrás son las dos partes que tienen una mayor exposición, siendo, en consecuencia, las que más sufren. Al margen de éstas, hay muchas más zonas internas del vehículo que pueden sufrir las consecuencias del sol.

 

Consejos para proteger nuestro coche del sol

Aunque las recomendaciones que se van a dar son cosas que pueden parecer obvias, en muchas ocasiones no las tenemos en cuenta:

  • Intenta dejar el coche a la sombra, especialmente al mediodía, donde las temperaturas alcanzan sus mayores cifras.
  • Pon un parasol en la zona delantera, que ayudará a que los asientos y el volante no sufran una gran elevación de la temperatura y el salpicadero esté protegido de la exposición solar.
  • Revisa el anticongelante y las mangueras, ya que si no están en buen estado el motor puede verse seriamente resentido.
  • Haz un lavado a tu coche habitualmente y añade productos específicos para proteger la pintura de la luz del sol.